Minimalismo(s) 1 de 5

Introducción

Minimalismo

Otro presente, otra música

El minimalismo surgió en Estados Unidos en la década del 60 como un movimiento de rebelión, o más bien de divergencia, respecto de la música de los vanguardistas europeos, que por aquel entonces seguían el vector trazado por el serialismo y la obra de compositores como Arnold Schoenberg y Pierre Boulez.

Estados Unidos y Europa estaban en situaciones casi opuestas: el viejo continente todavía atravesaba el shock post-traumático de las guerras mundiales, mientras que en el nuevo mundo el capitalismo y la sociedad de consumo estaban en pleno apogeo. No solo Wall Street había pasado a ser la capital financiera de Occidente, sino que el epicentro de las artes se había desplazado de París a Nueva York, y las reglas de juego estaban cambiando radicalmente. El movimiento del expresionismo abstracto (con Jackson Pollock y Mark Rothko como figuras principales) ya se había consagrado mundialmente en las artes visuales, y, en el campo musical, John Cage había abierto nuevas perspectivas para la música americana.

“Todos esos grandes compositores europeos de posguerra respondían a su contexto. Los que trataban de imitarlos acá, en Estados Unidos, durante los 50 y 60, rodeados del jazz, el rock and roll, las hamburguesas baratas y los Cadillacs, pretendían vivir en un lugar y un momento que no les correspondía. Por esto me alejé de la academia y empecé a responder a mis propios deseos musicales.”
—Steve Reich

Fue en este contexto que un grupo de compositores, entre los que se destacan Terry Riley, La Monte Young, Steve Reich y Philip Glass, decidió renunciar al paradigma académico del momento para buscar un enfoque compositivo e interpretativo diferente, que surgiese genuinamente de su entorno, que fuera más accesible y que a su vez abriese nuevas posibilidades de experimentación.

Aunque compartían este impulso, lo cierto es que fue un movimiento más bien disgregado. No todos ellos se reconocieron como minimalistas, pero la conexión entre sus obras y el lema "menos es más" (que ya resonaba en otras disciplinas, como la arquitectura y las artes visuales estadounidenses desde los años 50) resultó en una etiqueta casi ineludible.

Tomando del jazz y del rock una lógica diferente de cómo hacer música, los mismos compositores formaban e incluso tocaban en los ensambles que interpretaban su música, prescindiendo de un director musical. A menudo combinaban instrumentos acústicos de orquesta, con instrumentos eléctricos u otros tomados de distintos orígenes étnicos, incorporando la amplificación como un elemento más de la composición.

En sus comienzos, los conciertos de los minimalistas sucedían en lugares no convencionales como cafés, galerías de arte, o el famoso loft de Yoko Ono en Manhattan. La música de los minimalistas llegó a causar un enorme interés en el ambiente artístico, y también tuvo una gran recepción en el público general. ¡Algunas obras minimalistas sonaban en las radios junto a los hits del momento, y sus grabaciones batieron récords de ventas!

Hoy en día, la influencia del minimalismo resulta indiscutible, y fue ampliamente incorporada a la academia que en un principio subestimó a sus creadores como enfants terribles.

Sin embargo, uno de los logros más llamativos de este “ismo” fue haber dejado sus marcas distintivas en numerosas generaciones de músicos. Los minimalistas fueron una inspiración crucial para incontables géneros, desde el rock y la música para cine, al tecno y estilos experimentales como el noise, el drone, el kraut y el post-rock, entre otros.

Minimalismo

Pendulum Music (1968) de Steve Reich, interpretada junto a los reconocidos artistas y compositores Richard Serra, James Tenney, Steve Reich, Bruce Nauman y Michael Snow en 1969.

Una mínima introducción a la escucha

Es casi imposible determinar exhaustivamente qué define al minimalismo musical. Sin ahondar en teoría, si hablamos de lo que podemos percibir prestando un oído atento, quizás podamos resaltar algunos de sus aspectos más evidentes y característicos.

Primero, la repetición intensiva de motivos musicales claros y concisos, con una rítmica muy marcada.

Por otro lado, el trabajo sobre las largas duraciones: tanto en el uso de sonidos sostenidos, como en la propia extensión de las piezas.

Algo que distancia a los compositores minimalistas de sus contemporáneos europeos es el uso frecuente y deliberado de consonancias y sonoridades próximas a la tonalidad, que resultan bastante familiares y amigables al oído.

Finalmente, sumadas a la incorporación de elementos del jazz y el rock que mencionamos antes, nos encontramos con otras influencias de músicas no europeas. Es el caso de Steve Reich con los ritmos de Ghana y de La Monte Young con los sonidos de la música del norte de India.

Para continuar esta investigación, en las próximas entregas nos sumergiremos en los hipnóticos ritmos de Terry Riley, los desfasajes de Steve Reich, los tonos eternos de La Monte Young y los arpegios circulares de Philip Glass.
 

Te presentamos una playlist con ejemplos de las variadas influencias del minimalismo, junto a cuatro obras de sus compositores fundacionales.