
Ganadora de los premios del Concurso Internacional de Voces Verdianas de Parma en 1988, el Concurso Maria Callas y el Concurso Pavarotti. Pasó del Rossini brillante de sus años iniciales al Rossini serio con Mosè in Egitto, Semiramide, Elisabetta, regina d’Inghilterra y Ermione. Sumó luego a su repertorio las reinas de Donizetti, las mozartianas Elvira, Elettra y Vitellia, y finalmente Gluck. Armida, con la puesta de Pier Luigi Pizzi y dirigida por Riccardo Muti, abrió la temporada 1996-97 de la Scala. Siguió Alceste, en Parma y Salzburgo, y Medea de Cherubini (en Tolosa y en el Teatro del Châtelet en París.
En 2003 triunfó como Casandra en Los troyanos en el Châtelet con John Eliot Gardiner, siguiendo los pasos de Régine Crespin. Triunfó con La Juive y Carmen (respectivamente en el Covent Garden con Pappano y en la Opéra Comique con Gardiner); luego hizo Agrippina y Rodelinda de Haendel, Poppea en Munich y Nerone a París, encarnaciones que generaron la inspiración para Era la notte, un unipersonal en torno al Combattimento, que hizo en gira. Últimamente, la colaboración con Donald Sulzen ha llevado a Antonacci a concentrarse en la melodía italiana (Tosti, Respighi) o francesa (Fauré, Debussy, Reynaldo Hahn). En 2013 se presentó en La voz humana y dos conciertos con Penélope de Fauré y Sigurd de Reyer seguido de Carmen en el Covent Garden con Roberto Alagna, así como Casandra en Los troyanos en la Scala dirigida por Antonio Pappano.
En el Teatro Colón se presentó en Ermione de Rossini en la temporada 1992, y en 1996 en L´incoronazione di Poppea, con René Jacobs.