
Fue uno de los más notables exponentes de la vanguardia internacional. Estudió con G. F. Ghedini y Luigi Dallapicolla. En 1955 fundó, con Bruno Maderna, el Estudio de Fonología de la RAI en Milán. Sus obras, marcadas por una constante preocupación por la materia sonora, se caracterizan primero por su adhesión al serialismo y a los procedimientos experimentales de los años cincuenta, y posteriormente por su exploración de técnicas extendidas y por el collage de materiales heterogéneos en los que el aspecto lingüístico y el musical se tensan en un complejo equilibrio.