
El artista, nacido en 1965, ha desarrollado formatos renovadores de conciertos, performances e instalaciones, en una búsqueda incesante de lo inesperado. Ejemplos de ellos son Nowhere, One to One, The Party y Torso.
Recitales como “Kurtag’s Ghosts” o “Liszt Inspections” se conciben como un diálogo que fluye constantemente entre las composiciones. Este enfoque radical ha sido comparado con el trabajo de James Joyce y le ha valido a Formenti premios como el “Best of New York Times 2015”, “Best Recordings of New York 2014” y varios “Diapason d’Or”, entre otros.
En la performance Nowhere (presentada en el Festival de Berlín y BoCa Lisboa, entre otros) vive, duerme, come y toca el piano durante varias semanas en el mismo espacio, abierto al público y transmitido vía streaming las 24 horas del día, con el objetivo de explorar el tiempo, el espacio, el sonido y la comunicación musical en una escala diferente. One to One, concebido para Art Basel 2013, ofrece un encuentro de dos horas de duración, acerca de la música y la comunicación, para un solo espectador. En el film Schubert und ich (Schubert y yo), Formenti interpreta canciones de Franz Schubert junto a personas no formadas musicalmente para explorar la idea de la música como un espacio compartido. Se presentó en instituciones y festivales como los de Salzburgo, Lucerna, Edimburgo, Art Basel, Mumok, Wien Modern, Ravenna, Portikus (Frankfurt) y Gulbenkian Foundation (Lisboa).
Formenti participó de los cursos de verano de Darmstadt y actuó como solista junto a las orquestas Filarmónica de Nueva York, Filarmónica de los Ángeles y Nacional de Francia, bajo la batuta de Kent Nagano, Daniel Harding y Gustavo Dudamel, entre otros. Maurizio Pollini lo convocó como director en la Salle Pleyel y en el Teatro alla Scala en Milán.
Colabora habitualmente con varios de los más importantes compositores de nuestro tiempo, como Salvatore Sciarrino, György Kurtág y Helmut Lachenmann. Recibió el Premio Belmont de la Fundación Forberg Schneider en Múnich.