La Resurrección imaginada por Romeo Castellucci no solo abre la temporada del Colón de este año sino la fructífera colaboración entre este teatro, la Embajada de Italia en Buenos Aires y el Istituto Italiano di Cultura de Buenos Aires. Asimismo no es un dato menor el hecho de que el Coliseo, propiedad del Estado Italiano, sea una de nuestras sedes.

Es casi redundante remarcar los vínculos entre Italia y el Colón. Los primeros maestros internos eran italianos o se habían formado junto a los grandes maestros de ese país. Aquí estuvo Héctor Panizza, que había sido ayudante de Puccini y que compuso una magnífica ópera pucciniana, cantada por supuesto en italiano pero con tema argentino y libertario: Aurora. Aquí cantaron Caruso y Gigli y dirigió Toscanini. Y los títulos del verismo llegaban a Buenos Aires a pocos meses de sus estrenos en Nápoles, Milán o Roma. Pero, yendo más lejos aún, son obvios los lazos entre este teatro y el territorio cultural en que se plasmó esa tradición europea y académica que hoy se ha convertido en clásica. Las escalas musicales actuales son herencia de las recopilaciones atribuidas al Papa Gregorio Magno, los nombres de las notas provienen de un poema de Guido D’Arezzo y nada sería como es sin la teoría de los afectos surgida a fines del Renacimiento Italiano, sin la Camerata fiorentina, sin los madrigales de Segismundo D’India, Carlo Gesualdo y Claudio Monteverdi y sin esa magnífica invención de arte integral que de allí deriva: la ópera.

Italia, no obstante, está lejos de ser solo una referencia al pasado. De allí provienen algunas de las más novedosas e impactantes miradas actuales sobre esa tradición. Y allí tiene lugar uno de los movimientos más originales y dinámicos de la música actual. Divina Italia será, en 2023, una manera de recorrer el gran legado del arte musical de ese país (Donizetti, Verdi, Rossini, Puccini) junto con los nuevos clásicos, las tendencias compositivas más actuales y algunos de los grandes directores de escena y coreógrafos del presente. Pero, sobre todo, será la muestra de una sociedad creativa fértil y la expresión de nuestro agradecimiento por una herencia magnífica y, en particular, por las proyecciones actuales de ese patrimonio.